CONTADOR DISPARA EL TIRO MORTAL

“EN EL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD, CASTIGA POCO, REFLEXIONA MUCHO, PERO NO PERDONES NUNCA”

En este ciclismo moderno sobre el cual ya ayer divagamos, nos basta muchas veces con un golpe de autoridad. Una demostración de poder en un deporte que tampoco necesita demasiado para mostrar su belleza.

Y hoy, en la etapa reina, lo ha dado quien lo tenía que dar: el rey, el líder, Alberto Contador. Llevar el maillot rojo implica mucho. No solo indica que hasta el momento eres el más fuerte, sino que debes de asumir responsabilidades, estar al tanto de los movimientos de muchos rivales y eso desgasta y mucho. Pero para desgastar la consecución de etapas de montaña y sobre todo cuando la última de este tríptico es la más dura. Hoy era el día , el de los señalados, el de los que tenían que jugarse la Vuelta.

Antes hubo otros movimientos, los de la etapa y los que implicaban que los equipos de los capos lanzaran algún hombre por delante para futuras estrategias. 13 escapados en total pero la noticia no fue si llegaban o no sino cuando dos de ellos, Rovny y Brambilla se liaron a mamporros sin bajare del sillín. Imagen lamentable para un deporte que de tarde en tarde tiene sucesos como éste, pero que lo empañan porque estamos acostumbrados a que las guerras, los enfrentamientos, sean sobre la bici y no con las manos. La expulsión era lógica y mucho tardó en llegar máxime cuando uno de ellos (el italiano ) estaba en fuga y por tanto condicionando ya la carrera. De este grupo uno sí que aguantó, De Marchi, y si no llega a ser por arreón de Froome se hubiera llevado la segunda etapa. La Vuelta ha confirmado a un gran corredor que el año que viene se lo rifarán.

Toda película tiene un fin. Y ante el esquema clásico de “trama-nudo-desenlace” éste último se acercaba y ya podíamos ir adivinando por donde iba a ir. Porque a Purito no se le vio bien en el primer puerto. Y sobre todo porque los Sky pusieron toda la maquinaria en funcionamiento y además con un buen número de hombres dado ya lo reducido del pelotón. Se preveía que Froome no iba a estar a cola del grupo como en otras ocasiones para verlas venir, pendiente de su potenciómetro. Se fijaría en él, por supuesto, pero para atacar y saber los vatios que debía desarrollar. Tras el estirón de Nieve llegó su hora y seguro que ha movido los que puede ahora pero habrá comprobado cómo era un cifra sensiblemente inferior a los desarrollados en el Tour del 2013 que ganó. Suficientes sin embargo para eliminar a Purito y a Valverde. Insuficientes para quitarse de en medio a Contador quien rápidamente se soldó a su rueda y que vio por fin el cielo abierto. Ese era el ataque que precisaba para ganar la Vuelta. Sí, lo sé, ha sido muy inteligente y no se le puede achacar nada , pero más hubiera gustado que hubiera sido él el protagonista del mismo y no Froome. Se le veía cómodo a rueda y ya era cuestión de elegir el momento de rematarlo pese a que antes el inglés había intentado revolucionar el molinillo un poco más . Sin éxito en lo que a Contador se refiere, pero que servía para que a Valverde y Purito le fueran cayendo segundos.

No gusta el ir a rueda y luego saltar. Pero así es el ciclismo. Por eso he traído esta cita hoy: “En el ejercicio de la autoridad, castiga poco, reflexiona mucho, pero no perdones nunca”. Eso es lo que ha hecho Contador. Ha ejercido su autoridad castigando poco pero suficiente , reflexionando mucho y habiendo sido inteligente al leer bien la carrera … y no perdonando nunca. Porque quiere esta Vuelta y ya tiene más de la mitad en el bolsillo.

Otros se lamerán las heridas. Lamentarán etapas pasadas. Elucubrarán sobre el pasado y el futuro y en el fondo siempre les quedará una puerta a la esperanza por pequeña que sea habida cuenta de que aún resta una semana. Y en ciclismo hasta que no cruzas la línea de meta no puedes cantar victoria. El pistolero Contador mientras tanto ya ha disparado y ha herido de muerte. Y parece que aún le quedan balas en la recámara.