UNA VUELTA CON CLAROOSCUROS

Por fin llegó lo que todos los amantes del ciclismo esperaban: el inicio de la Vuelta a España. Una crono por equipos en Jerez, en donde el Orica Green Edge defiende “título” y parte como favorito, dictaminará el primer maillot rojo. Todo el mundo lo ha comentado y yo mismo lo hice en la previa: a priori es una edición espectacular, tanto por el recorrido como por el elenco de participantes.

Pero como ya se ha alabado bastante todo lo que rodea la Vuelta no está nada mal echar una mirada a algo verdaderamente preocupante como es la salud de nuestro ciclismo. Si miramos los equipos participantes nos encontramos solo con dos escuadras españolas y de ellas una sola , el Movistar, tiene la máxima categoría. La otra, el Caja Rural, es continental profesional. En los últimos años se han ido cayendo los equipos existentes (el último el Euskadi) y esto no corresponde como comprenderéis a un país que ha liderado en los últimos años la clasificación por naciones y con una buena tradición ciclista.

Ahora que empieza la Vuelta he querido echar la vista atrás, a cuando yo era como ahora un aficionado al ciclismo y además no solo lo seguía por la tele, sino que competía. Me remonto a cuando yo tenía 20 años, a la Vuelta de 1992. El vencedor fue Tony Rominger y lo acompañaron en el podio Jesús Montoya y Perico Delgado. Pero a lo que voy, ¿sabéis cuantos equipos españoles participaron? Pues 8. Citando solo a los corredores españoles más relevantes de cada uno de ellos: La Once, con Mauri, Díaz Zabala, Anselmo Fuerte, Miguel Angel Martínez (el “volcán” de Maracena). Banesto, con Perico, Marino Alonso, De Santos, Gorospe. Clas , con Echave, Gastón y Mauleón. Amaya con Montoya, Cubino o Antequera. El Kelme con Martínez Oliver o Antonio Miguel Díaz. El Artiach con Chozas , Laguía o Alfonso Gutiérrez. Mavisa con González Salvador o Miguel Angel Iglesias. Wigarma con Antonio Esparza y Seur con Eleuterio Anguita o José Urea.

Sí, muchas de ellas escuadras modestas, lo sé, alejadas de los superequipos que hay ahora y que están adaptados a la “globalización” del ciclismo. Pero ¿es preferible el estado actual? Esos 8 equipos profesionales españoles ofrecían la posibilidad de pasar a decenas de chavales que corrían en amateur y que luchaban por un puesto en las muchas carreras que había en España. Por eso mismo había también infinidad de equipos amateur: Banesto tenía su equipo cantera. Pero también estaban el mítico Kaiku, el Baqué, Banaka, los equipos que iba teniendo siempre Fuenlabrada en la zona centro, … y en Andalucía el mítico Avila Rojas o el Tech Luz.

Y claro, en el campo aficionado había carreras en cada pueblo, en cada feria. Puedo hablar por Andalucía, mi comunidad: se cuentan con los dedos de una mano ( y sobran) las carreras que hay en una temporada para élites y sub 23. Cuando yo corría había una cada fin de semana. ¿Equipos ahora? La federación andaluza lucha como puede para cobijar a unos cuantos corredores pero ninguna firma comercial apoya un proyecto digno.

¿Motivos? Muchos. El primero al que todos aluden es la dichosa crisis. Es cierto pero con matices debido a que todos los sectores y todos los deportes la sufren y nadie con tanta gravedad como el ciclismo. Es lógico que no haya empresas dispuestas a hacer una gran inversión que requiere un equipo porque una economía en grave crisis lo justifica, pero es que incluso las que pudieran hacerlo (porque hay quien aún puede) no están dispuestas a poner dinero en un deporte maltratado, que tiene muchas connotaciones negativas y en donde es más protagonista en los medios de comunicación por determinados escándalos de dopaje que por los resultados deportivos

Hay más. Antes cada comunidad autónoma tenía su Vuelta: Andalucía, Murcia, Valencia, Asturias, …. Y todas ellas eran retransmitidas por televisión. Ahora por supuesto no y las pocas que quedan en no todas está la televisión que pagamos entre todos. Además ni ayuntamientos ni diputaciones invierten un euro. Lógico: las arcas están vacías (otra cosa es quien las ha vaciado y otra cosa también es en que se gastan lo que siguen ingresando con los impuestos de todos).

Las carreteras se han convertido en un infierno y la cifra de ciclistas atropellados y muertos ante la impunidad de las autoridades y ante la inconsciencia social, crece y crece. De este modo a ningún padre le gusta que su hijo se juegue la vida cada vez que salga a entrenar.

Seguro que hay mil causas más pero basten éstas como ejemplo. Creo que deberíamos de preocuparnos por el mañana. Y por el hecho de que nuestros primeros espadas: Contador, Purito y Valverde, superan ya la treintena. ¿Qué viene detrás? Puede que el desierto.

En fin, mientras tanto disfrutemos del espectáculo y por supuesto aunque lo den extranjeros como Quintana o Froome. O los australianos del Orica esta tarde.