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ENTRENAR CON CALOR: NO TODO SON INCOVENIENTES

Veranito. Más tiempo libre. Más horas de luz. Ocasión de lucir el cuerpo, …. ¡a hacer deporte! Vale , estupendo, pero si vives como es mi caso en Córdoba cuidado: soportar más de 40 grados no es nada saludable. De los peligros de hacerlo ya estamos suficientemente advertidos. Haré un repaso no obstante al principio de este artículo, pero luego me centraré en los aspectos positivos y alguno de ellos seguro que te sorprende.

Te pones a entrenar con calor excesivo y tu cuerpo, que es sabio, pone en marcha los mecanismos necesarios para regular la temperatura. O sea, el hipotálamo en el cerebro pone a funcionar el “termostato”. Uno de esos mecanismos es la sudoración que mediante un aumento de la vasodilatación en la piel permite la pérdida de calor por el contacto con el aire.

Por lo tanto cuando hay mucho calor se produce una vasodilatación de la piel que aumenta el riego sanguíneo lo que permite facilitar la pérdida de calor. Esto puede provocar una pérdida excesiva de agua y sales lo que traería como consecuencia una disminución en el retorno venoso y un menor volúmen sistólico, con lo cual, la frecuencia cardiaca debe aumentar para mantener el aporte de oxigeno necesario. Por eso el sistema cardiovascular tiene que trabajar más y por eso el pulso lo llevamos más alto en verano.

Teniendo en cuenta esto sabes que tus marcas no pueden ser igual de buenas que cuando tenías un entorno óptimo. Tienes que rebajar tus expectativas si no quieres llegar a un estado de fatiga crónico o lo que es peor: sufrir un golpe de calor. Mareos, nauseas, dolor de cabeza, ….es lo menos que te puede pasar . Porque lo peor por supuesto es que tu corazón sufra un colapso.

Los consejos todos los sabemos: entrenar a primera hora de la mañana (mucha gente lo hace al anochecer y aún siguen estando las temperaturas muy altas y encima el asfalto está recalentado de todo el día); usar prendas ligeras con colores claros, hidratarse regularmente y no solo con agua sino también con sales minerales, ….

Pero no todo es negativo. A mí mismo me sorprendió un estudio que recogió la revista Quo . Siempre se parte de una premisa:las elevadas temperaturas reducen el rendimiento del deportista, ya que para realizar un esfuerzo determinado el organismo necesita transportar mayor cantidad de oxígeno que en cualquier otra época del año. Pero hasta esto, que inicialmente es un inconveniente, puede acabar convirtiéndose en una ventaja.

Jenny Hadfield, médica deportiva y corredora de maratones, asegura que los efectos de entrenar con calor son muy similares a hacerlo en altitud. “La fatiga aumenta y el rendimiento disminuye, porque las células transportan menos oxígeno”, explica la experta. “Pero tras varios días, el organismo se va aclimatando y desarrollando sus propios mecanismos. Su respuesta a la escasez de oxígeno provocada por las altas temperaturas es elevar la producción natural de la hormona conocida como EPO (eritropoyetina endógena), incrementando así la cantidad de glóbulos rojos y cuyo resultado final se traduce en que se transporta una cantidad mayor de oxígeno a los músculos”.

De esta manera, gracias al entrenamiento con calor se mejora la resistencia y se consigue mayor rendimiento físico, que se hace más patente cuando finaliza el verano y se vuelve a hacer ejercicio en condiciones climatológicas menos desfavorables.

Evidentemente este tipo de estudios hay que ponerlos siempre en “cuarentena”. Está extendido el entrenamiento en altitud, pero no se ha hace igual yendo a entrenar a la campiña cordobesa o sevillana en pleno mes de julio o agosto. Pero de todos modos abre una vía que por supuesto habrá que indagar .

Y como se trata de buscar aspectos positivos de entrenar aún a costa del calor, aquí van algunos:
• Principal: en solo dos meses pierdes lo adquirido en años de esfuerzo. Una cosa es cogerse un descanso para regenerar, para recuperar tanto física como mentalmente. …. y otra alargar esto durante el verano. Perderás resistencia, perderás fuerza, perderás agilidad, … perderás todo.
• En verano la probabilidad de sufrir lesiones musculares es menor. En invierno con el frío la musculatura está más tensa y hace falta por supuesto intensificar los ejercicios de calentamiento
• Hay personas que sufren en verano mayor hinchazón sobre todo en tobillos , piernas y abdomen que son las zonas donde más se acumulan los líquidos.La sudoración provocada por el ejercicio físico reduce la retención de líquidos aproximadamente en un 35%.
• Está demostrado que cuando se hace deporte en periodo estival que es cuando más horas de sol hay , el nivel de vitamina D sube. Esta vitamina muy importante para la mineralización de los huesos y favorece la absorción en el intestino del calcio y el fósforo. Aunque la mayoría de las vitaminas y minerales hay que tomarlos en los alimentos, en el caso de la vitamina D se puede tomar del exterior porque se puede fabricar en la propia piel gracias a la interacción entre una enzima llamada 7-dehidrocolesterol y las radiaciones ultravioletas del sol.
• Otro estudio también señala que los deportistas que entrenaban en verano tenían niveles de colesterol más bajos que los que descansaban en la temporada estival. Y nuevamente era debido al sol, ya que la luz ultravioleta ayuda a metabolizar estos lípidos.

Poniendo los pros y los contra en una balanza evidentemente gana poder hacer deporte en verano. Con las precauciones oportunas por supuesto, ….pero ni se te pase por la cabeza el plan que solo incluya sofá con aire acondicionado o hamaca al borde de la playa o piscina.

   

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