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¿FRIO O CALOR?

Todos los deportistas nos lesionamos y generalmente varias veces a lo largo del año aunque sea de poca importancia. Muchas veces me preguntan si ante ese dolor que ha aparecido es conveniente aplicarse hielo o por contra calor. Por supuesto que lo más conveniente es acudir al médico para el diagnóstico de la lesión y que sea él el que el prescriba el tratamiento. Pero como la visita no sucede muchas veces de inmediato hay que tomar decisiones para aplicar en casa. Tratemos de aportar alguna luz.

Tanto el calor como el frío disminuyen el dolor y el espasmo muscular pero la forma en que actúan sobre el metabolismo es diferente y muchas veces sus efectos son opuestos

* Si aplicamos hielo el efecto es que éste inhibe el dolor y logra producir un aumento de la relajación así como una disminución del flujo sanguíneo, inflamación, metabolismo y el edema.

* Si por contra aplicamos calor también aumenta el flujo sanguíneo, el edema, y la inflamación pero disminuye el espasmo y el metabolismo.

Los efectos son diferentes y debemos saberlos para ver sus indicaciones.

¿Cuando usar frío?

En general, el frío disminuye el flujo sanguíneo al área afectada más rápidamente que cualquier otra modalidad usada, con lo que disminuye el edema y el dolor. No solo hay que valorar aplicar una bolsa de hielo sino muchas veces es más efectivo realizar un masaje con el hielo.

Tampoco se puede utilizar a discreción más tiempo del habitual y sin protección porque se pueden producir lesiones secundarias como el fenómeno de Raynaud, urticaria producida por frío, daño neuronal y retardo del proceso de curación.

Existen diversos criterios en cuanto a la duración del tratamiento del tratamiento más adecuada. Estos son algunos:
1ª opción: De 10 a 20 minutos 2-4 veces al día.
2ª opción: De 20 a 45 minutos cada 2 horas. Total 7 u 8 veces al día.
3ª opción: De 15 a 20 minutos de aplicación, repitiéndolo cada 10 minutos durante dos horas, tres o cuatro veces al día en las primeras 48 horas. De 12 a 20 veces al día.

Dependiendo de la gravedad y localización de la lesión, de la persona y su ritmo de vida se aplicará frío con más o menos frecuencia, y con más o menos duración. Lo cierto es que es que normalmente aplicamos a nuestras lesiones menos frío del que sería deseable. En contusiones muy leves seguramente con una simple aplicación post-traumatica sería suficiente pero en muchas otras el tratamiento debería llegar hasta las 72 horas.




¿Cuando usar calor?

El calor aumenta la distensibilidad de los tejidos colágenos, disminuye la rigidez articular, reduce el dolor y la inflamación, alivia el espasmo muscular y aumenta el flujo sanguíneo, por esos puede ayudar a tratar diversas patologías. Está indicado en:

- Afecciones dolorosas en general
- En contracturas y dolores músculoesqueléticos, puesto que el dolor está relacionado con la isquemia (disminución del riego sanguíneo) producida por la vasoconstricción del músculo contracturado, que puede disminuir con la aplicación de calor.
- En afecciones que cursen con acortamiento de los tejidos cercanos a la articulación, cicatrices retráctiles, afecciones o rigideces articulares.
- En procesos inflamatorios subagudos y crónicos.
- En reumatismos crónicos como la artrosis, siempre que no estén en una fase de brote agudo.

Debemos de evitar las quemaduras y en los pacientes con enfermedades como diabetes mellitus, artritis reumatoide y aquellos con cambios en la sensibilidad neuronal y periférica debemos tratarlos con cuidado.

Ante la duda tened en cuenta una regla común en las lesiones deportivas es recomendar al deportista que inmediatamente debe de ponerse hielo en el área afectada mientras lo ve el médico correspondiente.


Fuentes: propia. Runner´s World y Sport Life.

   

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