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LAS ALERGIAS (I)

Llega la primavera y el temor invade a muchos. Las dichosas alergias ya están aquí. Te puede arruinar toda esa preparación que has llevado a cabo para un objetivo en concreto. O simplemente te fastidia el día a día. Y muchas veces poco podemos hacer en contra de ella. Pero conviene que profundicemos un poco más en este artículo para que sepamos con que nos enfrentamos.

Empecemos primero por determinar qué es una alergia. Esta no es sino una respuesta exagerada (reacción de hipersensibilidad) del sistema inmunitario que identifica como nocivas determinadas sustancias inocuas (como pueden ser los pólenes de algunas plantas o los ácaros del polvo doméstico, por ejemplo) habitualmente toleradas por la mayoría de las personas.

Esta respuesta ofrece una serie de alteraciones inflamatorias de la piel y mucosas, que originan los diferentes síntomas y signos de las enfermedades alérgicas y por tanto el lógico malestar.

No se nace alérgico pero bien es cierto que hay una predisposición genética y con el tiempo desarrollarla ante determinadas sustancias que se denominan alérgenos. Hay muchos tipos de éstos , entre ellos:

• Inhalados o aeroalérgenos (pólenes, ácaros, epitelios de animales…).
• Alimentarios (proteínas de leche de vaca, huevo, frutas, frutos secos…).
• Fármacos (antibióticos, antiinflamatorios, anesté¬sicos…).
• De contacto (níquel, cromo, perfumes…).
• Ocupacionales o laborales (látex, harina de trigo…).
• Veneno de insectos (abeja, avispa…).

Todas estas sustancias pueden sensibilizar a la persona predispuesta, de modo que su sistema inmunitario produzca una serie de anticuerpos, habitualmente del tipo inmunoglobulina E (IgE) contra estos alérgenos. Estos anticuerpos tipo IgE se fijan a la superficie de unas células llamadas mastocitos (localizadas en la piel y mucosas) y basófilos (circulantes en el torrente sanguíneo). Cuando el paciente vuelve a tener contacto con el alérgeno se produce una interacción con la IgE fijada a dichas células y se producen las reacciones citadas.

¿Cuáles son las enfermedades alérgicas más importantes?

• Rinitis alérgica. Es la enfermedad alérgica más frecuente. . Produce estornudos, secreción nasal acuosa, picor de nariz y congestión nasal. En muchos casos la rinitis alérgica coexiste con la conjuntivitis alérgica, que cursa con enrojecimiento conjuntival, lagrimeo y picor ocular. Además, puede asociarse al asma alérgica. Los alérgenos causantes de la rinitis alérgica más importantes son los pólenes (gramíneas, árboles y malezas), los ácaros del polvo doméstico, los epitelios de animales (perro y gato) y los hongos. Puede clasificarse en función de su severidad en leve, moderada o grave, y también en función de sus manifestaciones, en intermitente o persistente.

• Asma alérgica. Es la segunda enfermedad alérgica por su frecuencia, y es muy importante por tratarse de una enfermedad crónica que puede cursar con crisis asmática. Produce tos, dificultad respiratoria (disnea) y ruidos inspiratorios y espiratorios torácicos (sibilancias). El asma alérgica suele cursar con los síntomas descritos anteriormente de la rinitis y conjuntivitis alérgica. Los alérgenos causantes del asma alérgica más importantes son los mismos de la rinitis alérgica.

• Urticaria. Se trata de una enfermedad cutánea que se manifiesta por la aparición de ronchas que suelen picar (prurito). Estas lesiones suelen desaparecer a las 24 horas pero pueden aparecer otras diferentes y en ocasiones afectar a partes más profundas de la piel.

• Dermatitis atópica o eccema atópico. Afecta habitualmente a los niños desde las primeras etapas de la vida (lactantes), pero también a jóvenes y adultos. La sequedad cutánea es una de sus características principales; dicha sequedad produce picor intenso (prurito) e induce al rascado. El rascado repetido produce lesiones inflamatorias con enrojecimiento y descamación (eccema). La dermatitis atópica puede ser leve, moderada o grave en función de la extensión e intensidad de las lesiones cutáneas. Como la mayoría de las enfermedades alérgicas, tiene un curso crónico y puede asociarse a otras enfermedades alérgicas alimentarias o respiratorias.

• Dermatitis alérgica de contacto. Es una enfermedad alérgica producida por el contacto directo de la piel con los alérgenos que pueden producir sensibilización y posterior eccema de contacto.. Algunos alérgenos que pueden producir esta enfermedad alérgica son los metales (níquel, cromo, cobalto), tintes de cabello (parafenilendiamina) o el látex.

• Alergia alimentaria. En esta enfermedad alérgica los alimentos ingeridos son los alérgenos responsables de la reacción de hipersensibilidad. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son picor o hinchazón de labios y boca (síndrome de alergia oral). En ocasiones cursan con manifestaciones digestivas (náuseas, vómitos y/o dolor abdominal) o cutáneas (dermatitis atópica o urticaria). Los casos más graves pueden producir anafilaxia (ver punto siguiente). Los alimentos más frecuentemente implicados en la edad pediátrica son la leche de vaca y el huevo. En la edad adulta son los frutos secos, las frutas y los crustáceos.

• Anafilaxia. Es la enfermedad alérgica más grave. Se trata de una reacción de hipersensibilidad de instauración rápida, generalizada o sistémica y que amenaza la vida. Es un síndrome complejo que cursa con liberación generalizada de mediadores de mastocitos y basófilos a nivel cutáneo (eritema, prurito, urticaria y/o angioedema) como en otros órganos (gastrointestinal, respiratorio o cardiovascular). Puede cursar con las manifestaciones cutáneas descritas, manifestaciones digestivas (náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea); manifestaciones respiratorias (rinitis, asma); cardiovasculares (hipotensión y taquicardia) y neurológicas (mareo e incluso pérdida de conocimiento). En los casos más graves, especialmente si no se administra un tratamiento adecuado, puede ser mortal. El alérgeno puede llegar al organismo por vía digestiva (alimentos o medicamentos) o inyectada (picadura de insectos himenópteros o medicamentos administrados por vía parenteral, intramuscular o intravenosa).

Lo que todos habéis podido constatar es que en los últimos años los casos de alergias se han multiplicado. Hay varios factores que influyen en ello.

• Hábitos adquiridos nada saludables: tabaquismo, extensión de la comida basura, sedentarismo, obesidad,
• El denominado “efecto invernadero” y la cada vez más creciente contaminación.
• La “excesiva” higiene. Un niño antes estaba todo el día antes en contacto con la naturaleza, a veces con condiciones higiénicas dudosas. Ahora es todo lo contrario. La asepsia se impone . Nuestros niños se bañan con frecuencia, están alejados del campo, de cualquier fuente de suciedad, están vacunados (y menos mal en este caso, abusan más de la cuenta de los antibióticos , están libres de enfermedades parasitarias, … en definitiva : nunca están sucios. Todas estas situaciones favorecen que el sistema inmunitario se “equivoque” de enemigos, puesto que no encuentra bacterias o parásitos contra los que combatir, y se “orienta” a sustancias tan inocuas como son los pólenes de las gramíneas o las heces de los ácaros del polvo doméstico, desarrollando las alergias.

Ahora conocemos un poco más sobre esta afección. En el próximo artículo veremos algunas medidas paliativas y veremos la relación entre alergia y deporte.

Fuente: libro de las enfermedades alérgicas de la Fundación BBVA

   

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