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LOS "MANDAMIENTOS" DE LA PREPARACION

Evidentemente soy de los que piensa que todo aquel que practica deporte con algún objetivo (ya sea por salud o con un afán competitivo) tiene que hacerlo bajo unas pautas y ponerse en las manos de un profesional que lo guie. Si cuando tienes una enfermedad acudes al médico, si cuando tienes un problema legal recurres a un abogado, … ¿por qué no cuentas con un preparador que te guíe si estamos tratando el bien más preciado que tenemos como es nuestro cuerpo?

Entrenadores, preparadores, …hay miles. Unos especializados en unos temas, otros en otros… y cada uno de ello con su método, con su manera de trabajar. Eso sí, a pesar de todas las variaciones posibles que puede haber, existen unos principios básicos comunes que constituyen la razón de ser de cualquier método de entrenamiento. A continuación los expongo y me gustaría que te preguntaras si los sigues o no y si tu respuesta es negativa deberías de replantearte tu modo de entrenar.

1. Principio de sobrecompensación: gracias al entrenamiento y a las repetidas cargas, logramos aumentar las reservas funcionales, compensando en exceso la pérdida inicial provocada por dichas cargas (Estímulo/entrenamiento), constituyendo la base por la cual se mejora el rendimiento físico y funcional del deportista.

2. Principio de individualización: No existen dos personas iguales y el entrenamiento deberá ir en acorde a las características de cada cual. Por ejemplo, debemos tener en cuenta, la edad, sexo, hábitos deportivos, historial de lesiones, tipo de práctica físico-deportiva, el horario disponible, las condiciones familiares y nivel inicial de condición física. Por tanto, cada entrenamiento debe ir en acorde a las características concretas de la persona que, por tanto, generará adaptaciones únicas en cada individuo.

3. Principio de progresión: Todo organismo necesita de un tiempo de adaptación, después de aplicar una carga. Esta carga de entrenamiento debe ir aumentando gradualmente, en función del tiempo de adaptación del organismo.

4. Principio de continuidad: Para que se produzcan adaptaciones crónicas, sólidas, debemos aplicar una carga de forma regular y repetida en el tiempo. De nada sirve que unos días te pegues una paliza impresionante y luego durante un periodo no entrenes o lo hagas mal.

5. Principio de variedad: No existe ningún ejercicio, ni método o deporte, que por sí solo, sea absolutamente válido para conseguir la mejor prevención y desarrollo de los diferentes sistemas orgánicos. O sea, no existe ninguna varita másica, ninguna panacea que sea la llave del éxito.En tus entrenamientos debes combinar deportes, realizar ejercicios diferentes de fuerza y cambiar la forma de hacer realizar tus ejercicios. De forma general y teniendo en cuenta el objetivo de estar sano de forma integral, cambia tu forma de entrenar cada 3, 4 semanas. Este hecho te permitirá prevenir lesiones, te mantendrá motivado y, por encima de todo, hará que la evolución de tu condición física se dispare. Tus semanas entrenando, NUNCA pueden ser iguales durante todo el año.

6. Principio de relación óptima entre carga y recuperación: Para que se produzcan adaptaciones y no nos lesionemos o nos sobreentrenemos, debemos tener en cuenta que, después de aplicar una carga se necesita un periodo de recuperación para garantizar que se produzca la sobrecompensación.

7. Principio de periodización: lo principal por supuesto es cifrarse un objetivo y luego se diseña un plan de actuación en el tiempo para llegar a él. Terminologías hay varias (yo utilizo mesociclo de preparación general, de preparación específica, precompetición y competición) pero la base está en una “hoja de ruta”.

8. Principio de especialización progresiva: Como norma general, ya que cada caso es un mundo, el proceso de entrenamiento dentro de una planificación, debe ir de lo global a lo específico. Por ejemplo, si entrenas para un triatlón, en una primera fase trabajarás la resistencia de base y fuerza general. En una segunda, mejorarás ritmos en los tres deportes pensando en el tipo de prueba que harás (Distancias,…). Y en una tercera fase adaptarás tu entrenamiento a la especificidad absoluta de la prueba (condiciones ambientales, altura, tipo de terreno, etc,…).

9. Principio del estímulo eficaz: Para que se produzcan adaptaciones, es necesario que la carga (estímulo) supere un umbral de intensidad que será particular para cada deportista.

Estos son los “mandamientos” del entrenamiento. Luego introduce las variaciones que quieras pero esto es “sagrado”. Cada cierto tiempo se pone de moda un sistema o modo de entrenar, prometiendo resultados espectaculares. Seguramente tendrá su razón de ser pero nunca olvidemos el resto y sobre todo que se ajusten a los principios básicos. Toma nota.

   

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